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Emilio Gutiérrez-Soto: 15 años esperando asilo

Sep 25, 2023 | Actividades, Destacada, Hitos

Emilio tenía 45 años y su hijo 15 recién cumplidos, cuando en una maleta empacaron su vida y salieron de su país huyendo del miedo de que en cualquier esquina un par de balazos acaben con sus vidas. Emilio Gutiérrez-Soto es un periodista mexicano que fue amenazado de muerte por los altos mandos de las Fuerzas Militares nacionales, por sus trabajos de investigación, que revelaron corrupción y malos manejos. 

En 2008, la intimidación lo llevó a autoexiliarse en Estados Unidos, pero desde entonces, ha vivido con el temor permanente a la deportación, y en varias ocasiones ha estado a un paso de que lo regresen a Chihuahua, el Estado del que huyó. 15 años después, el pasado 05 de septiembre de 2023, siente por primera vez que puede estar en paz, porque  el Tribunal de Apelación de Inmigración lo declaró elegible para obtener asilo en el país norteamericano.

Fundamedios conversó con Gutiérrez-Soto para conocer cómo recibió la noticia de que por fin es candidato al asilo, tras más de una década de espera. Nos contactamos con él en Ann Arbor, Michigan, donde vive ahora dedicado a otra de sus pasiones: la agricultura, que ocupa sus manos y su mente. De hablar pausado y reflexivo, sus canas dan fe del tiempo transcurrido.

Gutiérrez-Soto trabajaba en el “Diario del Noreste”, en Ascención, Chihuahua, cuando reportó sobre irregularidades en la gestión de las fuerzas militares. Las amenazas fueron inmediatas. Aunque al principio no consistieron más que en palabras, el 05 de mayo de 2008 su casa fue allanada sin orden judicial por miembros del Ejército, con la excusa de que buscaban armamento y drogas. Una fuente confidencial aseguró al periodista que lo buscaban para matarlo. Por ello, en junio de 2008 cruzó la frontera a través de Antelope Wells, New Mexico, y solicitó asilo para él y su hijo. Los dos fueron inmediatamente separados y apresados. 

Siete meses después, las autoridades migratorias resolvieron que las pruebas presentadas por el periodista demostraban  “miedo creíble”  de regresar a México; fueron liberados y les permitieron entrar al territorio norteamericano, mientras procesaban el caso y su solicitud de asilo. Pero en julio de 2017, el juez Robert Hough denegó la solicitud de asilo, alegando que su historia no era creíble, y dudando incluso del oficio periodístico de Gutiérrez-Soto, ignorando los artículos periodísticos firmados por él y que fueron presentados en idioma español dentro del caso.

 En octubre de ese mismo año, el “National Press Club” de  Estados Unidos  le concedió el premio de libertad de prensa John Aubuchon. En su discurso, Gutiérrez-Soto criticó las políticas migratorias de Estados Unidos hacia los mexicanos. Dos meses después fue detenido nuevamente junto a su hijo, y se los apresó en El Paso, Texas. La razón de su detención nunca fue clara, pero las organizaciones internacionales consideraron que fue una represalia por su discurso a favor de la migración mexicana y crítico contra el país del Norte.

En su momento, el periodista habló con varios medios de comunicación, mediante una entrevista que dio desde el encierro, y se refirió al deterioro de su salud y la necesidad de medicinas. 

En 2018, tras siete  meses detenido, el juez federal David Guaderrama consideró que las autoridades de inmigración violaron la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que contempla la protección de la libertad de expresión y prensa. La batalla legal por su liberación contó con el apoyo de 19 organizaciones de periodismo y grupos de derechos humanos, entre los cuales tuvo un papel destacado Fundamedios. 

Cinco años después, la decisión de los jueces del Tribunal de Apelación de Inmigración, tomada este mes de septiembre, da un respiro a su temor de ser deportado y abre una nueva esperanza de conseguir, finalmente, el ansiado y merecido asilo político. Pese a todo ello, Emilio reconoció sentir nostalgia por su país de origen: “Sí quisiera regresar a mi país, pero no es el momento. Todavía no, para los periodistas mexicanos apenas se están sentando ciertas bases de respeto”. 

Gutiérrez-Soto agradeció todo el apoyo internacional recibido, que empezó por un grupo creado en México, llamado “La Alianza”. Para el periodista, su proceso ha sido de enseñanza dolorosa, pero que deja profundas e importantes lecciones. 

Ahora inicia otra espera llena de incertidumbre, y es el otorgamiento de una cita para que Gutiérrez-Soto pueda comparecer y le sean tomados sus datos biométricos, y se emita entonces la orden para la concesión formal de la categoría de asilado. 

Dentro del año siguiente a su condición de asilado, Gutiérrez-Soto tendrá derecho a que se le otorgue la residencia permanente. El periodista comenta que la resolución judicial todavía es extraña para él y su hijo, pues cuando ya no esperaban absolutamente nada, llegó: “Primero el papel, luego nos sentaremos con mi hijo a definir una ruta de vida”. 

 A pesar de lo sufrido durante todos estos años, Gutiérrez-Soto -con una amplia sonrisa- sostiene que el periodismo es su pasión: “Es mi vida, no lo estoy ejerciendo, pero sigo viviéndolo”, y agregó: “A los periodistas y colegas les digo que no se quiebren; se pueden doblar, pero no se quiebren. Tienen familias y tenemos el compromiso de seguir informando y conducirnos con ética”.

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