Al menos desde 2018, cuando estallaron las protestas antigubernamentales en Nicaragua, el régimen Ortega-Murillo viene reprimiendo, hostigando y persiguiendo violentamente a todos los disidentes. Un número significativo de manifestantes han sido asesinados. La dictadura tomó medidas enérgicas contra quienes eran considerados una “amenaza” para la tiranía y luego llevó a juicio a los disidentes por cargos falsos. Además, miles de ciudadanos nicaragüenses han abandonado el país debido a la persecución y al deterioro de la situación.
Recientemente, en un acto propio de las peores dictaduras, el régimen desterró a los demócratas y despojó de la nacionalidad nicaragüense a las voces críticas. Esta es una violación inaceptable de los derechos humanos y una forma clara de represión e intimidación.
Foro 2000 y Solidaridad Democrática condenan enérgicamente la decisión abusiva de la dictadura Ortega-Murillo y hacen un llamado a la acción y solidaridad internacional en el siguiente comunicado.
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